La conservación de los alimentos en aceite es una de las más difundidas y antiguas del mundo. Los productos en aceite nacen por necesidad: de hecho, entre los pueblos antiguos la conservación en aceite era una de las formas más utilizadas para preservar las provisiones durante mucho tiempo. Los romanos en particular fueron los primeros en utilizar el aceite de oliva por sus propiedades antiinflamatorias y cosméticas, pero también para la conservación de los alimentos.

 

LA CONSERVACIÓN DE LA TRUFA EN ACEITE

El aceite de oliva es un excelente producto para la conservación de los alimentos ya que logra aislar los alimentos del contacto con el aire: de esta manera se logra prevenir la proliferación de bacterias aerobias, es decir, microorganismos que se desarrollan con el aporte de oxígeno.

Sin embargo, el aceite no inhibe el desarrollo de bacterias anaerobias: la más conocida de este tipo de bacterias es el botulismo, que produce toxinas particularmente venenosas para nuestro cuerpo. Este tipo de bacteria se esconde principalmente en las conservas en aceite hechas en casa: durante la preparación casera no siempre se respetan las normas higiénico-sanitarias recomendadas, por eso a menudo se desaconseja la preparación de este tipo de productos a particulares.

 

TRUFA EN ACEITE: ¿CÓMO USARLA?

gnocchetti conditi con sugo a base di funghi e tartufo

La trufa en aceite es una excelente alternativa a la trufa fresca porque está disponible todo el año y puede ser utilizada para dar sabor a todos tus platos favoritos además de para acentuar su sabor a bosque: solo tendrás que añadir una cucharadita de trufa en aceite al final de la cocción para dar sabor al plato. La trufa en aceite puede añadirse directamente durante la cocción de la carne y el pescado para hacerlos aún más sabrosos hacia el final de la cocción, o puede utilizarse para dar sabor a las salsas y cremas de acompañamiento.


El carpaccio de trufa es otro alimento muy valioso y muy versátil en la cocina: además de primeros y segundos platos, el carpaccio es perfecto para la creación de aperitivos como bruschettas, crostinis, pizzetas y huevos. Las tortillitas de trufa son perfectas en los aperitivos dada su facilidad y rapidez de preparación: solo tendrás que batir los huevos, añadir un chorrito de aceite, una pizca de sal y pimienta y finalmente nuestra trufa en aceite. Alternativamente, también puedes utilizar nuestra trufa molida. Ahora solo tienes que dividir los huevos revueltos en pequeñas porciones y servirlos sobre una rebanada de pan tostado.

 

¿CÓMO CONSERVAR LA TRUFA EN ACEITE?

Dada su bondad es difícil que sobre, pero supongamos que te ha quedado un poco de trufa. ¿Qué puedes hacer para conservarla mejor? Una vez abierto el frasco que contiene la trufa podrás conservarla en el frigorífico por un máximo de 10 días: antes de guardarla en el frigorífico asegúrate de que el frasco esté bien cerrado y que no pierda aceite, además, limpia el borde del frasco para evitar la formación de moho en su interior.

La trufa en sal y en salmuera tiene más o menos la misma duración que la trufa en aceite: esto se debe a que, una vez abierto el frasco, la trufa entra en contacto con el aire que entra dentro del frasco haciendo que pierda su asepsia, volviendo el producto vulnerable a mohos y bacterias.

La trufa es un alimento casi mágico: se mezcla bien con cualquier plato, además es un verdadero remedio para nuestro cuerpo ya que contiene muchas vitaminas, fibras y sales minerales. La trufa en aceite la puedes encontrar todo el año, siempre buena y lista para sorprender dentro de tus recetas: ¡diviértete experimentando en la cocina con nuestras trufas!

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